Las 40 organizaciones sociales que componen el movimiento Elqui sin Mineras prosiguen su odisea en contra del proyecto Campanario, propiedad de Barrick Gold, que contempla 116 plataformas de perforación para exploración, sondajes de 500 metros y una inversión de 36 millones de dólares que amenazan con destruir el ecosistema del Valle del Elqui, el cual es tan apreciado que miles de extranjeros viajan anualmente a conocer la zona.
Boris Yáñez, vocero de Elqui Sin Mineras, indicó que «este territorio, las nacientes de aguas, la cordillera, los glaciares, son verdaderamente vitales para la forma de vida que tenemos, la identidad de la región depende de su integridad ecológica. En consecuencia, no es una zona que pretende tener el tipo de desarrollo que nos ofrece la gran minería, que sabemos en Chile funciona, por supuesto, es una fuente de trabajo y de ganancias, pero no es sustentable en el tiempo, ni tampoco se trata de un gran beneficio para las personas que viven aquí, que más bien están expuestas a la ruina de importantes inversiones en el turismo, servicios y agricultura».
Los integrantes del movimiento, así como habitantes de la zona, crianceros y agricultores denuncian que existen irregularidades dentro del proceso de aprobación de Campanario, las cuales han denunciado sin ser escuchados.
Aún así, reiteran que llegarán hasta las últimas consecuencias para impedir que Proyecto Campanario acabe con el ecosistema del Valle del Elqui (así como Andes Iron amenaza la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt con su inmortal proyecto Dominga.
La organización social señala que seguirán manifestándose a pesar del fuerte lobby que respalda a la minería regional, destacando el caso de la CORMINCO A.G.