Hoy en día, muchos niños, niñas y adolescentes tienen acceso a un teléfono y por consecuencia, a las redes sociales. Tratar de navegar contra esta corriente parece difícil, sobre todo en nuestro actual contexto sociocultural, donde cada vez se avanza más rápido hacia un mundo totalmente digital, es por eso que especialistas de la salud mental del Hospital de Ovalle recomiendan a los padres y adultos responsables, supervisar el contenido que consumen sus hijos o hijas, sobre todo, cuando se trata de material creados por influencers.
Los influencers son creadores de contenido digital que buscan ejercer influencia en la opinión, comportamiento y decisiones de sus seguidores a través de redes sociales. Su impacto se basa en la conexión emocional que generan con su audiencia, estableciendo relaciones de confianza y credibilidad en torno a temas como moda, tecnología, estilo de vida, educación, entre otros. Dependiendo de su alcance, pueden ser desde celebridades con millones de seguidores, hasta comunidades más pequeñas, pero altamente comprometidas.
Su rol ha trascendido al marketing, la comunicación y la forma en que las marcas se relacionan con el público, convirtiéndolos en actores clave en la era digital. Muchos niños, niñas y adolescentes los siguen y consumen su contenido, es por ello que se hace necesario por parte de los adultos supervisar lo que ven en redes sociales.
El Consejo Nacional de Televisión (CNTV) realizó estudio durante el 2021 donde se reveló que el 52% de los niños y niñas entre 6 y 12 años ven contenidos audiovisuales sin supervisión de un adulto y que la mayoría de los preescolares (52%) eligen aquellos contenidos que consumen.
Según explica Carlos Vega, psicólogo Infanto adolescente del Hospital de Ovalle, el efecto de los influencers en niños y niñas "puede variar mucho dependiendo del acceso, nivel de exposición, supervisión y el grado de vínculo y comunicación que exista en el interior de cada familia, pudiendo llegar a ser nocivos sus efectos en la medida que sustituyan a la familia y a la escuela como agentes educativos o de socialización primarios".
El especialista también agrega que "anterior a la irrupción masiva de Internet y a la facilidad actual para adquirir computadores y celulares, una red social perfectamente podía ser comprendida como una red de apoyo y de contención entre, con y para las personas, teniendo con ello implícito el sentido de un encuentro esencialmente humano; sin embargo, en la actualidad su significado apunta inequívocamente a ambientes virtuales, comunicaciones a distancia y contactos impersonales. Por lo anterior, el riesgo latente de un excesivo uso y/o un mal uso de redes sociales es que pueda favorecer relaciones despersonalizadas".
En este contexto y en lo relativo a niños y adolescentes con patologías de salud mental, Carlos Vega señala que "son muy frecuente las carencias vinculares, afectivas y de comunicación que pueden orientar a una búsqueda en redes sociales de modelos de identificación, los cuales, en su expresión más sana, deberían estar albergados en el núcleo familiar".
La trabajadora social del Hospital de Ovalle, Camila Alvarez, también hizo hincapié en que el contenido difundido por los "influencers" en redes sociales puede afectar de manera significativa en el bienestar psicológico de niños, niñas y adolescentes. "Esto se debe a que puede moldear su identidad, afectar su autoestima y autoimagen, además de reforzar estereotipos y conceptos erróneos sobre la salud mental". Lo que después puede presentarse problemas como ansiedad, depresión, baja autoestima y dificultades para regular las emociones.
Por su parte, la psicóloga Infanto adolescente del Hospital de Ovalle, Nina Araya, invitó a los adultos responsables de los niños a verificar por sí mismo el contenido que los niños ven en internet, "que los padres pierdan el temor de supervisar y revisar el celular y las redes sociales, y el consumo que está teniendo su hijo a través de las mismas", consignó la especialista. En esta misma línea, la profesional agrega que "obviamente, esto tiene que ser mediado en el marco del respeto, solicitando el teléfono, pero no hacerlo de manera agresiva".
Desde una mira más auspiciosa, la psicóloga del hospital cuenta que "también yo destacaría los puntos positivos que pueden tener los influencers que están siguiendo los niños o adolescentes, a fin de tener puntos de encuentro y de conversación, para que de esta manera, el niño se pueda sentir escuchado, comprendido y validado en sus gustos".