Uno de los productos más apetecidos dentro del robo de especies son los medicamentos. Ya sea por su alto costo o escasez y su sustracción se ha convertido en una oportunidad para delincuentes, quienes los terminan reduciendo en ferias libres, sea personalmente o por medio de intermediarios. La desesperación de las personas o sus ganas de recortar el presupuesto siempre va a ser lucrativo para los amigos de lo ajeno.
El general en retiro de Carabineros y ex Jefe de la IV Zona Policial, Jorge Tobar, experto en seguridad, indicó que esta razón como el principal atractivo para quienes se adentran en el robo de medicamentos: «este tema no se da porque al delincuente se le haya ocurrido robar una farmacia. Por lo general esto tiene una motivación económica, y es porque ellos saben que obteniendo estos medicamentos los pueden vender más baratos en el mercado informal. Hay una demanda de parte de la población de medicamentos y cuando estos se obtienen en mercados irregulares, que no están vigilados o sometidos a control, entonces resultan ser mucho más baratos y la gente los acoge. Al existir esas demandas, ciertamente que hay grupos criminales -organizados o no- que van a optar por el robo de farmacias».
A eso se suma que las farmacias son más fáciles de robar, ya que son locales comerciales, no bancos. Por ello, es más sencillo para los malhechores encontrar las vulnerabilidades de los locales y efectuar golpes más efectivos. En palabras de Tobar, «ha habido varios robos en los que una característica común en ellos es que no hay vigilancia nocturna, vigilancia humana. Puede haber algunos recursos tecnológicos, pero no hay una persona presente. En este sentido debemos señalar que la tecnología lo que hace es dar un aviso de alerta de que algo está ocurriendo, y los delincuentes hoy día pueden tomar el tiempo de la capacidad de respuesta ante ese llamado. Ese tiempo, les permite entrar en los locales y poder efectuar el robo sin mayor problema, siempre y cuando esa capacidad de respuesta no sea demasiado breve».