La prostitución ha aumentando considerablemente en la ciudad de La Serena. Cabe destacar que es una actividad que siempre ha existido en la Zona, pero antes era mucho más «secreta».
Ahora, la situación ha pasado más allá de los locales donde personas van a tomar licor dispuestos a pagar por placer carnal, sino que ha evolucionado a verdaderas redes de prostíbulos, donde «emprendedores» arriendan casas o departamentos donde instalan a sus trabajadores sexuales para que «atiendan» a los clientes; en otros casos, los mismos trabajadores realizan la actividad desde sus domicilios particulares.
Es un fenómeno que se dice creció con la llegada de extranjeros, pero que viene en aumento desde que trabajadores de la minería hicieron de La Serena su ciudad habitación, caso similar a Antofagasta, Iquique y Copiapó.
Con la Pandemia Mundial por COVID-19 y el confinamiento estaba la esperanza de que todo esto cesara, no obstantem volvieron más fuertes que nunca, aumentando la inseguridad y la molestia de los habitantes de los sectores donde se concentran este tipo de negocios, especialmente Avenida del Mar, Avenida Pacífico y Puerta del Mar. A esos sectores, ahora se ha sumado el centro de La Serena, gracias a la investigación de Diario La Región, que encontró que este tipo de servicios se ofrecían en los edificios 510 y 530 de Pedro Pablo Muñoz, entre el edificio 510 y el 530 y casas y departamentos ubicados en Almagro 529, Plaza Tenri 731, Cantournet 910, Lautaro 751 y Prat 214. Éste último es el más preocupante, puesto que se encuentra cerca del Colegio Andrés Bello, un sector donde transitan diaramente niños, niñas y adolescentes.
Esto ha provocado la molestia de la Junta de Vecinos del centro de La Serena. El organismo señaló en conjunto que se encuentran sobrepasados con la situación: «es algo grave, muy grave, porque lo que pasa en estas casas de la zona típica y de barrios patrimoniales como el sector de Almagro, conlleva otro tipo de situaciones, como gente en estado de ebriedad, robos, y un sinfín de situaciones indeseables con las que hemos tenido que lidiar».