Barberías, Casinos Populares y Tiendas de Celulares de La Serena-Coquimbo: Los posibles tinglados del crimen organizado extranjero

Barberías en La Serena y Crimen Organizado
Las barberías y peluquerías de La Serena no podrán abrir en la noche

Barberías, peluquerías, tiendas de ventas de accesorios para celulares y casinos populares han existido desde siempre en la conurbación La Serena-Coquimbo. Anteriormente, solamente los casinos populares habían generado polémica debido a que la implementación de las llamadas «maquinitas», que enfrentaron a estos recintos contra las grandes cadenas de casinos, las cuales vieron mermadas sus ganancias y decidieron darles caza con la excusa de incentivar la ludopatía (cosa que ellos mismos hacen).

No obstante, los locales antes mencionados se fueron uniendo a la lista negra de negocios perseguidos por las autoridades, especialmente con la explosión de migración extranjera, protagonizada por la llamada Diáspora Venezolana. Ésta se dio por causas políticas, cuando el gobierno del ex presidente Sebastián Piñera, su vocera Cecilia Pérez y el resto de partidos que en ese tiempo estaba en el poder comprometió su acérrimo apoyo al Grupo de Lima y al ex líder opositor Juan Guaidó, hoy acusado por corrupción.

Con el tiempo se empezaron a ver actitudes sospechosas dentro de estos locales, como los inusuales hroarios en los que se mantenían funcionando (es normal ver una botillería abierta a las 2 de la mañana, una barbería no), el intenso «entrar y salir» de personas que se veían dentro de los recintos, los cuales no permanecían mucho tiempo dentro, otros entraban solos y salían acompañados, se escuchaba música de fiesta en, repetimos, horarios «extraños».

«Tapaderas»

No aportaban en eliminar los prejuicios las amenazantes miradas que ponían los locatarios a quienes atisbaban por mucho tiempo dentro de estos negocios buscando alguna respuesta u otras historias que aún siguen siendo mitos, como aquella que cuenta que durante una protesta en marco del Estallido Social, el dueño de una barbería ubicada en la Avenida de Aguirre salió a atacar a los protestantes con un machete, mientras gritaba que era un opositor venezolano. Más sospechoso hacía todo, precisamente, este componente político.

Muchos de los venezolanos migrantes argumentaban que venían con las «manos vacías» pero llegaron acá montando negocios y creciendo mucho más rápido que locatarios chilenos que llevan años estacandos comercialmente. Quizá algún beneficio les dio la llamada Visa por Responsabilidad Democrática, impulsada por los anteriormente mencionados Piñera y compañía.

Cada año comenzaron a ocurrir muchas más cosas sospechosas que hicieron a las autoridades y asociaciones gremiales (quienes se vieron perjudicados porque la gente va cada vez menos al centro de La Serena y Coquimbo) tomar cartas en el asunto. De esta forma, comenzaron las investigaciones y allanamientos a locales, encontrándose que solamente eran tinglados para ocultar todo tipo de negocios ilegales como prostitución, juego ilegal, narcotráfico y, en el peor de los casos, rumores de sicariato. Llegó a ser sui generis ir al centro de ciudades como La Serena y Coquimbo: uno podía ir a comerse un completo en hora de almuerzo,  mientras en el local del segundo piso tenían una fiesta con «señoritas de la vida».

Como diría algún vecino a vecina de la ciudad: La Serena ya no es lo que era.

Las investigaciones fueron atando cabos y concluyeron que estos delitos no se cometían de manera aislada, sino que obedecían a verdaderas redes de crimen organizado que vieron una oportunidad de negocio, por qué no decirlo, en el aumento de los trabajadores de la minería como población flotante dentro de la conurbación, quienes siempre andan en busca de este tipo de esparcimientos. Es cosa de ver casos de ciudades mineras como Antofagasta, Iquique, Calama y Copiapó.

¿Choque Cultural o privilegios que dejó el Grupo de Lima?

La situación venezolana ha sido muy peculiar, dando una percepción de «manga ancha» con ellos. Se comenzaron a ver cosas nunca vistas en el país. Ya no eran solamente los negocios abiertos en horas inusuales, sino que personas que se afeitaban en la calle, se cortaban las uñas, se paseaban casi un ropa íntima por los pasajes, o los usaban como el living de su casa. Empezaron las fiestas los lunes a las 4 de la mañana, cuando todos están durmiendo a la espera de comenzar una semana laboral o de clases. La gente llamaba a carabineros y éstos no imponían la Ley. Para el tiempo de la Pandemia, varios hacían celebraciones en marco del confinamiento y tampoco se veía que fueran sancionados.

Todo esto llevó a una escalada de xenofobia, afectando a colonias extranjeras que llevaban años en el país sin mayor sobresalto. Uno de los casos fue la comunidad haitiana (refugiados de la histórica crisis de su país), cuya tasa de criminalidad era muy baja. Llegaron incluso a botar sus cédulas chilenas en la frontera México-Estados Unidos, mientras acusaban el trato injusto que vivieron en un Chile.

Con el pasar de los tiempos, la muerte del Grupo de Lima y el descubrimiento de los fraudes de Guaidó (dinero nuestro hay ahí también), el fanatismo mediático por la causa venezolana fue decayendo y la gente comenzó a hartarse.

Fue aquí cuando los grupos que apoyaron la migración: desde Cecilia Pérez y su inolvidable «Chile recibirá migración venezolana hasta que el país lo resista» hasta miembros de nuevos grupos políticos nacidos durante la década como Team Patriota y el Partido Republicano, retomaron su postura antimigratoria, la cual ejercieron siempre, pero con una permisividad en favor de los venezolanos. Prueba de ello fue una campaña que se realizó en 2019 por parte de la Municipalidad de Las Condes en busca de ropa de abrigo para los extranjeros, pero dejando en claro que solamente era para los venezolanos, excluyendo a los haitianos, colombianos, dominicanos y otros extranjeros. Incluso dejó fuera a decenas de chilenos que viven en situación de calle y necesitaban esa ropa en aquel crudo invierno de 2019. Todo esto no hacía más que arquear más de una ceja sobre si la comunidad venezolana tenía ciertos privilegios dentro del país o todo era coincidencia.

Momento de las Ordenanzas

En 2024, se intentó que la situación fuera igual, mas eso no ocurrió. Nuevamente había elecciones en Venezuela y el bombardeo mediático comenzó. Poco más y simplemente no tener opinión sobre el tema era un pecado digno de la excomunión. Si bien se vivió una efervecencia, bajo el argumento de que un cambio de gobierno abría la esperanza de que los migrantes venezolanos se fueran del país y todo volviera a 2017, ésta se fue bajando a los pocos días al verse que esto era muy difícil. En cinco años uno arma una vida en otro país, hasta tiene familia. No va a dejar todo botado por un resultado electoral.

Así volvió todo a como estaba el sábado 27 de julio de 2024, con este choque cultural en puntos rojos. De esta manera, no le quedó más a los Municipios que tomar cartas en el asunto y comenzar a emitir ordenanzas que regularan y sancionaran las conductas que provocan este recelo. La primera de ellas ha sido Independiencia con sus ordenanzas sobre el horario de las barberías y la llamada La Vereda no es tu Quincho, a la que se espera se vayan uniendo otras comunas del país.

La Serena ha sido una de ellas, con la reciente aprobación de una ordenanza municipal que delimita el horario de atención de las barberías y peluquerías.

Cobertura mediática: Ciegos, sordos y mudos frente a la realidad

Los medios de comunicación están en una profunda crisis, tanto económica como de contenido. Y esto es relevante para este tipo de coberturas, ya que al no tener capacidad operativa para poder reportear de manera profunda, muchas realidades aparentemente subterráneas, se desarrollan en la más completa impunidad.

Por eso es importante hablar de estos temas para que las autoridades tomen cartas en el asunto y también se evite situaciones de discriminación y xenofobia.

El crimen organizado en Chile avanza a pasos agigantados, pero hay que separar la paja del trigo.

Al final del día, los hechos caen por su propio peso y los secretos a voces tarde o temprano obtienen la cobertura mediática que se merecen.