Tras la detención de 13 implicados en la fraude de la Corporación Gabriel González Videla, se han ido conociendo detalles de la forma en que éstos operaban dentro de la Corporación para concretar su delito económico, llegando el monto defraudado a la suma de casi $800 millones de pesos. Todavía hay cinco prófugos por este polémico caso.
Los imputados utilizaban terceros como "palos blancos" para depositar el pago por servicios inventados, emitiendo boletas dolosas al Servicio de Impuestos Internos (SII), conocidas con el edulcorado nombre de "ideológicamente falsas".
Los reembolosos eran depositados en las cuentas bancarias de sus cómplices, para así no ser detectados por el SII.
Ellos retiraban el dinero y se lo entregaban a los imputados, recibiendo una comisión por el movimiento.
Este tipo de procedimento es muy común en este tipo de fraudes, puesto que los autores intelectuales pueden borrar su rastro y desviar las posibles investigaciones policiales en sus cómplices. Un caso similar se vio anteriormente en la Municipalidad de Coquimbo durante la administración de Marcelo Pereira y los sobresueldos.