Corría la década del 2000 y una figura televisiva comenzaba a tener una explosiva relevancia (quizá más de la que merecía) con la gracia de no salir nunca en pantalla: Roberto Dueñas. Quien comenzara como el edecán de la ex vedette del clásico Morandé con Compañía, Marlen Olivarí, fue ganando pantalla por sus propios escándalos: quitarle el micrófono a un periodista de Primer Plano, su mediático y convulso matrimonio con Olivarí y una denuncia de abuso sexual por parte de la modelo paraguaya Patricia Aguirre en 2011.
Con el tiempo, Dueñas decidió dejar Santiago y volver a La Serena, ciudad de donde es oriundo. En la capital dejó atrás un oscuro pasando, acumulando un grosero número de acusaciones, destacando el enfrentamiento que tuvo contra Willy Sabor, quien aún tiene horribles recuerdos de Roberto Dueñas.
Desde el año 2015 a la fecha, el farandulero se encuentra posicionado como el jugador más importante dentro de los medios locales con su proyecto personal Mi Radio.
Dueñas es una de las figuras más polarizantes dentro del periodismo regional, labor que ejerce sin contar con el título de periodista. De esta forma, está exento de las responsabilidades que la Ley N°19.733 Sobre Libertades de Opinión y Ejercicio del Periodismo señala a los profesionales que ejercen en el mundo de las comunicaciones contando con un pregado en carreras relacionas con ese rubro. Por ello es que puede librar tan fácil a las sanciones con un «me salí de madre».
Así la controvertida figura del «Peluche» fue creciendo con los años, con la complicidad de autoridades, periodistas regionales y otros colaboradores, como una olla a presión que terminó explotando ahora con un reportaje de El Mostrador, donde se detalla la ruta de Dueñas para convertise en «Il Capo di Tutti Capi» del periodismo de la Región de Coquimbo, ruta que estaría llena de trivialización de casos que conmocionaron a la opinión pública, fuertes lazos con la élite papayera, manejo posiblemente irregular de una radio comunitaria (que terminó convirtiéndose en Mi Radio) y potenciales extorsiones a políticos regionales, como el caso del senador Sergio Gahona (UDI).
El Mostrador respalda esta última afirmación con las declaraciones de un antiguo locutor radial, quien no quiso dar su identidad, por miedo a no encontrar más trabajo -puesto que la escena local de la prensa es pequeña y Dueñas demasiado poderoso- quien indicó a El Mostrador que el régimen de Dueñas «es una especie de tiranía extorsionadora. Te hace pebre todos los días, a cada rato, hasta que llega a un acuerdo económico con la persona a quien ataca. Después le pasan las lucas y no vuelve a tocar el tema. Es un mercenario de las comunicaciones». A estas palabras, se unió la ex trabajadora de Mi Radio, Rocío Barraza, quien manifestó a El Mostrador detalles del proceso de reclutamiento de Dueñas: «Generalmente busca perfiles de gente sumisa, de origen humilde, y les vende la pomada de que hay una fila de personas esperando el trabajo, que hay que camisetearse, darlo todo, 24/7, y uno termina creyéndose el cuento».
El medio digital capitalino remarca también el rol político que tiene la radio de Roberto Dueñas, sirviendo como plataforma de candidatos, varios de ellos que terminan siendo electos, «por ella han pasado, en calidad de panelistas o invitados frecuentes, el diputado Juan Manuel Fuenzalida (UDI); el actual concejal de La Serena y candidato independiente al municipio, Félix Velasco; el exfutbolista Víctor Hugo Castañeda, dos veces candidato a la alcaldía de La Serena; el actual candidato a alcalde del mismo municipio, Marcelo Telias; y el triunfador de las últimas primarias de Chile Vamos para gobernador, el meteorólogo Cristóbal Juliá». A esta lista, El Mostrador suma el fuerte apoyo de Matías Walker.
Finalmente, el reportaje de El Mostrador recalca que el régimen de Dueñas comenzó a ser cuestionado por malos tratos hacia sus trabajadores, varios de ellos realizando las denuncias públicas. Explotación laboral, no pago de horas extras, liderazgo disfuncional, gritos estentóreos y prepotentes hacia su equipo de trabajo son solamente algunas de las acusaciones plasmadas en el reportaje. Una ex trabajadora remarca que «lo que más me incomodaba era el miedo que generaba en los trabajadores. Cuando terminaba un programa todos empezaban a correr. Yo decía ‘pero si este tipo no es Dios’. He trabajado en muchas partes, pero nunca vi un clima laboral así».
Respuesta de Dueñas
Tras ser contactado por El Mostrador, Dueñas, con la arrogancia que se le imputa, cortó drásticamente la llamada, argumentando que las fuentes del reportaje solamente estaba sesgadas a quienes pensaban peste de su persona y sentenció su intervención, con el lenguaje que uno esperaría de un comunicador social de tal magnitud y garbo…juzgue usted mismo: «Vengo de las grandes ligas del pelambre. Me despertaba a las mañanas y me hacían pico en Las Últimas Noticias, en los matinales, en todos lados. Soy de la farándula dura, no soy un potrillo, escriban lo que quieran».
Reacciones locales
Con el correr de las horas, la noticia se fue viralizando en la conurbación -particularmente en el círculo periodistas y trabajadores de las comunicaciones- donde es un secreto a voces la manera de operar del empresario y el daño que hace al periodismo con sus cotidianas posverdades.
El Colegio de Periodistas Regional Coquimbo no se había sumado a la críticas contra Mi Radio (más fuerza mostraron estudiantes de la Escuela de Periodismo de la Universidad de La Serena enfrentando al mismo «Peluche» en el año 2018, en un comunicado que todavía está en web y puedes revisar aquí.).Pero esta vez fue diferente, porque Periodistas Coquimbo emitió una misiva donde ofreció todo su apoyo para que los profesionales afectados puedan resguardar sus derechos.
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