Desde la Arquitectura se ha llegado a postular que las ciudades también se han convertido en organismos, puesto que van cambiando su fisonomía y cultura con las viscisitudes del tiempo, el espacio y las personas. La Serena y Coquimbo son unos buenos ejemplos de esta situación, puesto que, han crecido tanto en extensión que se convirtieron en una conurbación; con el correr de los años, el sector llamó el interés de miles de personas, quienes llegaron buscando una mejor calidad de vida: primeramente, gente que escapaba de Santiago y su contaminación y trabajadores de la minería, posteriormente, migrantes de otros países.
En el caso de los nacionales, durante la pasada década, la promesa de nuevos ingresos para el turismo, el comercio y los servicios hizo apetecible este aumento de la población para las autoridades y los privados, podría decirse que hasta incentivado, sin importar las consecuencias que esto traería a futuro para la conurbación La Serena-Coquimbo, similar a lo ocurrido en las ciudades europeas durante la Revolución Industrial. Esto es peor cuando se pasa a ser una ciudad dormitorio, puesto que las personas que llegan, al no ser de la urbe, no tienen ningún arraigo con ella y les da prácticamente lo mismo su futuro. La pérdida de la calidad de vida y la identidad para unos, el costo del progreso para otros, esos otros que probablemente tendrán cómo irse si las cosas empeoran. Desde El Norte nos preguntamos ¿realmente tanta gente quiere vivir en la conurbación La Serena-Coquimbo o esto es solamente una burbuja que explotará más temprano que nunca? ¿ha sido algo orgánico o hay una mano invisible buscando otra ciudad que exprimir a punta de plusvalías carísimas que no merecen serlo, subarriendos ilegales y asignaciones de subisdios habitacionales a quienes no lo necesitan?
El daño ambiental es la muestra más palpable, puesto que espacios naturales que forman parte de la historia comunal son llenados de basura, maltratados por sujetos que van a pasear con sus vehículos o, peor aún, arrasados por el mercado inmobiliario en post de aprovechar este boom antes que se acabe. Uno de los sectores afectados por el crecimiento de la conurbación La Serena-Coquimbo es el humedal Quebrada de Peñuelas, el cual se encuentra en proceso de ser declarado Humedal Intercomunal, etiqueta que obligará a ambos municipios a comprometerse con su preservación. Con esta bandera, nació en 2019 la Red Guardianes del Humedad Quebrada de Peñuelas, quienes vienen siendo anfritiones de mesas de diálogo en post de la causa, siendo la última celebrada en 2023.
«Solamente Buenas Intenciones»
Desde el organismo señalan que, en este último año, no se han visto avances en el tema. Sobre este punto, Hugo Salinas, representante legal de la Red de Guardianes del Humedal Quebrada de Peñuelas, indicó que «el año pasado nos reunimos con los alcades de ambas comunas, autoridades como diputados y el SEREMI de Medio Ambiente Coquimbo para declararlo Humedal Intercomunal. Los municipios se comprometieron, pero lo único que han hecho es enviar un oficio al Ministerio de Medioambiente. Por otro lado, el Ministerio dice que no se les han enviado ningún oficio. Hay un ping pong, donde todos dicen que es la otra parte la que no ha hecho nada. Todo ha quedado en solamente buenas intenciones».
Salinas agregó que, mientras esperan que las autoridades hagan su parte, el organismo continúa sin descanso siguiendo los procedimientos jurídicos para proteger la Quebrada de Peñuelas: «continuamos con nuestra metodología de mesas de diálogo, entablamos una denuncia en el Ministerio Público por delito ambiental, desconocemos el estado actual de la causa. También denunciamos escurrimiento de aguas grises en el Humedal contra Aguas del Valle. Llevamos cinco denuncuias a esta empresa, además de dos contra la Dirección General de Aguas (DGA) y cinco contra el Superintendencia de Medioambiente (SMA), la más importante de ellas es por los trabajos que se encuentra realizando el Servicio de Vivienda y Urbanismo (SERVIU) en los terrenos detrás del Colegio Alemán, donde existe una anidación de pequenes. Además, tenemos denuncias en Contraloría sobre el plano regulador y los permisos que dan los municipios. Finalmente, los estudiantes se encuentran realizando un paper sobre la comtaminación de aguas en la Quebrada de Peñuelas y los voluntarios seguimos participando en las mesas autoconvocadas y en la recuperación del espacio».
Testigo de la Historia Local
El avance de la conurbación está haciendo cada vez más difícil la protección de sus áreas verdes, sin importar que sean patrimoniales. El sector inmobiliario tiene los recursos y las redes políticas, económicas y mediáticas para hacerlos desaparecer sin mayor contrapeso. Esto es algo que, para los originarios de La Serena y Coquimbo, es cada vez más palpable.
Llama la atención que esto ocurra, porque se vienen utilizando mucho los clichés de «debemos cuidar lo nuestro», «debemos proteger nuestras tradiciones y costumbres de los extranjeros, que dañan todo», desde una conversación en la micro hasta en un slogan de campaña, más ahora que es año electoral; porque la realidad indica todo lo contrario: el dinero que traen los foráneos, especialmente los trabajadores de la minería, puede mucho más que la protección de nuestra identidad local; la cual no se ve solamente en sitios arqueológicos, sino que también en los espacios naturales que se encuentran presentes en la zona, varios de ellos muchos siglos antes que nosotros inclusive. Salvo por las excepciones de entusiastas de la naturaleza como la Red Guardianes del Humedal Quebrada de Peñuelas, pareciese que no hay mucho interés de las «personas importantes». Por esta razón, la naturaleza de la conurbación La Serena-Coquimbo corre peligro.
La Quebrada de Peñuelas es uno de estos sitios que hablan de nuestro pasado y que está en peligro de desaparecer. En el plano ambiental, la Quebrada de Peñuelas tiene condiciones privilegiadas para la conservación de especies endémicas. Se ha catastrado en la Quebrada de Peñuelas la presencia del 70% de esta flora y fauna, destacando los pidenes y pequenes; su importancia no queda ahí, puesto que también tiene peso histótico, siendo el lugar donde los antiguos habitantes de La Serena se refugiaron de la Batalla de Cerro Grande, acampando en sus tierras. Y por si fuera poco, en su ladera se han encontrado importantísimos piezas paleontológicas que han sido cruciales para permitir a los científicos conocer quiénes habitaron aquí antes que nosotros, hallazgos que se han extendido hasta el sector del Mall Plaza La Serena, donde se han descubierto más osamentas. La construcción de este centro comercial también despertó polémica a fines del siglo XX debido a que los terrenos eran totorales. En palabras de Hugo Salinas: «la Quebrada de Peñuelas es un vivo testigo de la historia de La Serena y Coquimbo, preservarlo es proteger nuestro pasado».